Los términos "derecha" e "izquierda" se crearon durante la revolución francesa. Lo único que importaba era la forma de afrontar la economía y, a grandes rasgos, había dos formas de hacerlo: la izquierda, que defendía el intervencionismo y la derecha, partidaria del mercado libre. Es decir, "izquierda" y "derecha" son simples etiquetas para políticas económicas.
Limitándonos a esa única dimensión de la política, podríamos pensar que Stalin y Gandhi compartían ideología, puesto que los dos eran de izquierdas. La diferencia está en la política social, donde los dos extremos son el autoritarismo (el Estado por encima del individuo, los derechos colectivos por encima de los derechos de las personas) y el libertarismo (donde el individuo y su libertad son los valores supremos).
Combinando las dos dimensiones en nuestro 2 x 2 habitual, obtendríamos los cuatro posicionamientos posibles de la política actual:
- Comunistas: Izquierda económica y autoritarismo social. Los ecologistas también caen aquí.
- Socialdemócratas: Intervención económica, pero más libertad para los individuos.
- Neoliberales: Partidarios de la libertad, tanto en lo mercantil como en lo social.
- Conservadores: Autoritarios en lo social y de derechas en lo económico. Los democratacristianos también están aquí.
Bla, bla, bla... Muy bonito. ¿Pero cómo saber a quién tengo que votar? La parte sencilla es ubicar a los partidos candidatos en el cuadrante. Por ejemplo, el PSOE solía defender la socialdemocracia, hasta que ha renunciado a sus ideas desviándose a la derecha. Mientras, el PP abarca corrientes neoliberales y conservadoras, sin alejarse de la economía de derechas. Una vez situados los partidos, tenéis que hacer este test. Esta "brújula política" os orientará. Los resultados os colocarán lo más cerca posible de la opción coherente con vuestras ideas.
En Cataluña, las cosas son un poco más complejas, porque tenemos una tercera dimensión: el modelo de Estado. Por un lado, tenemos a los que quieren cambiarlo (de federalistas a separatistas) y, por otro lado, los que quieren mantener la autonomía actual. Así, acabamos teniendo un 2 x 2 x 2 = 8 posicionamientos políticos, no todos cubiertos, por desgracia.
Otro matiz es que, en las elecciones municipales, a diferencia de las autonómicas y de las estatales, la ideología de los partidos pesa menos que el conocimiento de la ciudad por parte del candidato.
En fin, sigo sin tener claro a quién votaré; pero, por lo menos, ya tengo más criterio para decidir.